miércoles, 19 de diciembre de 2012

Ya huele a navidad!


Ya podemos oler la navidad. Digo oler porque la navidad tiene muchos olores, el arbolito si es natural huele muy bonito, las galletas en el horno, el ponche, los diferentes platillos que se preparan en estas fechas ya empiezan a oler.

Se ha escrito mucho sobre estas fechas y su significado. No voy a tratar de descubrir el hilo negro. Simplemente les quiero compartir algo personal, porque para esto es este blog después de todo.

Estoy estudiando nutrición integral en el Institute of Integrative Nutrition (IIN) y de eso les voy a platicar mucho en los próximos posts por lo pronto les quiero compartir algo que me movió.

En el grupo de Facebook de la escuela un compañero compartió que se sentía muy deprimido y nos contó toda su historia y como estaba tratando de salir adelante. Todos empezamos a responder y compartir experiencias y palabras de animo. Barbara dijo algo que me llamó la atención “Yo también estoy tratando de hacer eso. Este es el primer año en el que no habrá regalos de navidad, no podremos ir al servicio de la iglesia y sus eventos (nevó y estamos atrapados, la próxima semana también va a nevar), y eso me pone muy triste. Pero nos dieron $50 dólares sin esperarlos, así es que voy a comprar cosas para hacer una rica cena de navidad. Nos acostumbramos tanto a la tradición, las riquezas de la parte material de navidad que hace difícil que nos sintamos bendecidos por lo que ya tenemos, por la humedad que la nieve trae a esta tierra árida.” Para la persona que le dio esos $50 dólares tal vez fue algo sin mayor relevancia pero el impacto que tiene en una familia es invaluable.

A veces queremos cosas materiales porque tenemos un vacío que necesitamos llenar y nuestra lista de navidad es interminable, creemos que teniendo más o mejores cosas vamos a ser más felices, pero no es verdad. La gente más rica del mundo por más carros, casas, ropa que tienen nunca se sacian. Nunca llegan al punto en el que dicen “por fin ya soy feliz”. Primero que nada esa gran vacío que sentimos solo lo puede llenar Dios, y en segundo lugar el momento en el que te pones a pensar en todo lo que tienes te das cuenta de lo bendecido que estas y das gracias por lo que tienes.

La navidad es más que regalos, más que un arbolito. La navidad es el recordatorio más claro de que estamos en este mundo para dar. La navidad es el recordatorio de que un niño vino a este mundo con el solo propósito de morir por nosotros y en el proceso dio, dio salud al enfermo, vista al ciego, comida a los hambrientos.

Este año fue un año en el que tuve varios recordatorios de que estamos aquí para ayudarnos, para darnos la mano. No necesitamos ser ricos para ser una bendición. “Más bienaventurado es dar que recibir” dice la Biblia y este año lo pude comprobar al visitar y ayudar a las familias que les compartí en una ocasión. No pude juntar todas las cosas que necesitaban pero la ayuda que les brindamos fue de gran bendición y así nos lo hicieron saber.

Te invito a que esta navidad salgas un poquito de tu zona de confort y quizá inicies una nueva tradición. Visita un albergue u hospital y comparte de tu tiempo con ellos. Si puedes comprar un poco de despensa para una familia necesitada, hazlo. Tal vez el guardia de seguridad de tu trabajo necesite una buena chamarra porque solo le alcanzó para comprarle una a su niño. Los adultos mayores que empacan tu mandado estarán muy agradecidos si les ofreces unos pesos extras. Hay muchas maneras en las que podemos ser de bendición en esta navidad. Y cuando pensamos y ayudamos a los demás eso alimenta nuestro espíritu y nos hace sentir otro tipo de felicidad, una un poco más duradera y que vale la pena sentir.

Les deseo a todos una muy feliz navidad que sobre todas las cosas sientan el amor de Dios y su paz, paz que sobre pasa todo entendimiento.

Gracias por seguir aquí. 

1 comentario:

  1. Excelente recordatorio y que padre todo lo que nos dejas ver que viene.

    Feliz navidad para ti tambien Liberty.

    Pavel.

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