Ya podemos
oler la navidad. Digo oler porque la navidad tiene muchos olores, el arbolito
si es natural huele muy bonito, las galletas en el horno, el ponche, los
diferentes platillos que se preparan en estas fechas ya empiezan a oler.
Se ha
escrito mucho sobre estas fechas y su significado. No voy a tratar de descubrir
el hilo negro. Simplemente les quiero compartir algo personal, porque para esto
es este blog después de todo.
Estoy
estudiando nutrición integral en el Institute of Integrative Nutrition (IIN) y de
eso les voy a platicar mucho en los próximos posts por lo pronto les quiero
compartir algo que me movió.
En el
grupo de Facebook de la escuela un compañero compartió que se sentía muy
deprimido y nos contó toda su historia y como estaba tratando de salir adelante.
Todos empezamos a responder y compartir experiencias y palabras de animo.
Barbara dijo algo que me llamó la atención “Yo
también estoy tratando de hacer eso. Este es el primer año en el que no habrá
regalos de navidad, no podremos ir al servicio de la iglesia y sus eventos
(nevó y estamos atrapados, la próxima semana también va a nevar), y eso me pone
muy triste. Pero nos dieron $50 dólares sin esperarlos, así es que voy a
comprar cosas para hacer una rica cena de navidad. Nos acostumbramos tanto a la
tradición, las riquezas de la parte material de navidad que hace difícil que
nos sintamos bendecidos por lo que ya tenemos, por la humedad que la nieve trae
a esta tierra árida.” Para la persona que le dio esos $50 dólares tal vez
fue algo sin mayor relevancia pero el impacto que tiene en una familia es
invaluable.
A veces
queremos cosas materiales porque tenemos un vacío que necesitamos llenar y
nuestra lista de navidad es interminable, creemos que teniendo más o mejores
cosas vamos a ser más felices, pero no es verdad. La gente más rica del mundo
por más carros, casas, ropa que tienen nunca se sacian. Nunca llegan al punto
en el que dicen “por fin ya soy feliz”. Primero que nada esa gran vacío que
sentimos solo lo puede llenar Dios, y en segundo lugar el momento en el que te
pones a pensar en todo lo que tienes te das cuenta de lo bendecido que estas y
das gracias por lo que tienes.
La navidad
es más que regalos, más que un arbolito. La navidad es el recordatorio más
claro de que estamos en este mundo para dar. La navidad es el recordatorio de
que un niño vino a este mundo con el solo propósito de morir por nosotros y en
el proceso dio, dio salud al enfermo, vista al ciego, comida a los hambrientos.
Este año
fue un año en el que tuve varios recordatorios de que estamos aquí para
ayudarnos, para darnos la mano. No necesitamos ser ricos para ser una
bendición. “Más bienaventurado es dar que recibir” dice la Biblia y este año lo
pude comprobar al visitar y ayudar a las familias que les compartí en una
ocasión. No pude juntar todas las cosas que necesitaban pero la ayuda que les
brindamos fue de gran bendición y así nos lo hicieron saber.
Te invito
a que esta navidad salgas un poquito de tu zona de confort y quizá inicies una
nueva tradición. Visita un albergue u hospital y comparte de tu tiempo con
ellos. Si puedes comprar un poco de despensa para una familia necesitada,
hazlo. Tal vez el guardia de seguridad de tu trabajo necesite una buena
chamarra porque solo le alcanzó para comprarle una a su niño. Los adultos
mayores que empacan tu mandado estarán muy agradecidos si les ofreces unos
pesos extras. Hay muchas maneras en las que podemos ser de bendición en esta
navidad. Y cuando pensamos y ayudamos a los demás eso alimenta nuestro espíritu
y nos hace sentir otro tipo de felicidad, una un poco más duradera y que vale
la pena sentir.
Les deseo
a todos una muy feliz navidad que sobre todas las cosas sientan el amor de Dios
y su paz, paz que sobre pasa todo entendimiento.
Gracias
por seguir aquí.
Excelente recordatorio y que padre todo lo que nos dejas ver que viene.
ResponderEliminarFeliz navidad para ti tambien Liberty.
Pavel.